María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 31 enero, 2020
Los trastornos del sueño son muy recurrentes en la actualidad y, aunque en primera instancia puedan pasar desapercibidos, estas patologías repercuten negativamente en diferentes ámbitos de la vida humana.
Se estima que cerca del 50% de los adultos sufren de insomnio en algún momento de su vida, mientras que entre un 25 y 35 % han padecido insomnio ocasional o transitorio; según datos recopilados por investigadores de la Clínica Universitaria de Navarra en la revista Scielo.
Este trastorno se traduce en un sueño de mala calidad que puede traer diferentes consecuencias como:
- Disminución del rendimiento laboral
- Falta de concentración
- Cansancio y somnolencia durante el día
- Aumento en el riesgo de accidentes
- Irritabilidad
- Reducción de los reflejos
- Problemas de apetito
Existen múltiples clasificaciones de los trastornos del sueño según sus causas, duración y gravedad; y en muchos casos son necesarios los tratamientos farmacológicos o las terapias, sobretodo cuando el insomnio es un síntoma de otra enfermedad subyacente.
Sin embargo hay algunas recomendaciones generales que pueden ayudarte a mejorar la calidad del sueño con solo cambiar algunos hábitos de tu vida cotidiana.
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Recomendaciones
Adiós a las cenas pesadas
Las dificultades en la digestión pueden afectar la calidad del sueño, por ello se recomienda consumir una cena liviana al menos dos horas antes de ir a la cama. De esta forma evitarás sensaciones molestas como la pesadez y el reflujo.
Evita las siestas largas en el día
El tiempo recomendado para una siesta durante el día es de máximo 30 minutos. Si extiendes este hábito por más tiempo puede resultar contraproducente y afectar tu calidad de sueño durante la noche.
¿Café en la noche? no, gracias
El consumo de cafeína o bebidas estimulantes en horario nocturno pueden ocasionarte dificultades para dormir debido a su incidencia en el bloqueo de las moléculas que inducen al sueño.
Crea una rutina
Crea hábitos para educar a tu cuerpo con una rutina recurrente antes de ir a la cama, la cual de incluir acciones que ayuden a relajar la mente como: una ducha templada, escuchar música relajante o meditar.
Un entorno apropiado
El dormitorio, como su nombre lo indica, es un lugar para dormir y por ende resulta ideal que este sea un espacio adecuado exclusivamente para el descanso.
Retira los distractores que evitan que la mente se relaje como es el caso de los televisores, computadores y teléfonos móviles.
¿Ejercicio?
La actividad física estimula la producción de endorfinas y se activa el sistema nervioso, y esto puede redundar en alteraciones de sueño.
La recomendación es realizar ejercicio por lo menos dos horas antes de acostarse.
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