María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Cuando se habla de cuidados de la piel muchas personas suelen pensar en cremas, aceites, mascarillas y bloqueador solar, sin embargo existen diferentes factores a los que debes prestar atención y uno de los más importantes tiene que ver con la salud intestinal.
Pero, ¿por qué el intestino? porque el cuerpo es un sistema integrado completo y lo que sucede en el microbioma intestinal no se limita al intestino sino que impacta en el metabolismo, es una pieza clave del sistema inmunológico y afecta de diversas maneras la función y disfunción de órganos distantes, dentro de los que se encuentra la piel.
De hecho, la piel es uno de los primer lugares (o al menos el más visible) en el que puedes evidenciar los efectos de un desequilibrio a nivel intestinal.
Diferentes estudios han evidenciado que los trastornos gastrointestinales a menudo vienen acompañados de manifestaciones cutáneas y que el microbioma intestinal parece participar en la fisiopatología de diferentes trastornos comunes de la piel como el acné, la dermatitis atópica y la psoriasis. (1) (2) (3)
En otras condiciones de la piel como la rosácea se ha encontrado que los pacientes con esta enfermedad tienen también una mayor prevalencia de trastornos gastrointestinales y que los síntomas de la rosácea mejoran cuando se trata el Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO). (4)
Sin embargo este es aún un campo de estudio emergente por lo que no se han explorado ni establecido completamente los mecanismos por los cuales la microbioma intestinal ejerce su influencia en la salud de la piel, en parte porque cada persona tiene un entorno microbiano diferente y complejo.
Descubre también: Factores que afectan la salud de la piel
¿Cómo apoyar la salud de tu microbioma intestinal?
El microbioma intestinal está muy influenciado por la alimentación. A continuación encontrarás algunos tips que pueden resultarte útiles:
Identifica o descarta posibles sensibilidades alimentarias: esto lo puedes hacer mediante exámenes especializados o llevando a cabo una dieta de eliminación en la que retires por un tiempo los alimentos que comúnmente causan irritación (lácteos, gluten, soya, maíz, huevos…) y los reintroduzcas uno a uno prestando especial atención a las reacciones de tu cuerpo.
Lleva una dieta variada y densa en nutrientes: consume vegetales variados (de diferentes colores), frutas, cereales integrales, carnes, pescados y grasas saludables presentes en el aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos y las semillas.
Consume suficiente fibra: la fibra dietética apoya el crecimiento de las bacterias intestinales beneficiosas, y está vinculada con mejoras significativas en la salud del sistema digestivo. (5)
Incluye alimentos fermentados: como el yogur, el kéfir, el miso, el tempeh, el chukrut y la kombucha.
Deja enfriar tus fuentes de almidón: cuando dejas enfriar la papa, el plátano o el arroz antes de consumirlos se forma lo que se conoce como almidón resistente, el cual parece contribuir a alimentar las bacterias buenas de tu intestino.
Limpia tu dieta: reduce el consumo de alimentos como el azúcar de mesa, las harinas refinadas, los edulcorantes artificiales, los refrescos y los aceites inflamatorios (soya, maíz, cártamo, algodón, canola…)
Descubre también: Alimentos recomendados para tener una piel sana
Otras recomendaciones:
- Reduce el estrés o encuentra formas para gestionarlo
- Modera el consumo de antibióticos (solo lo necesario)
- Respeta tus horarios de sueño
- Mantén niveles frecuentes de actividad física.