María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 5 febrero, 2020
Son muchas las bebidas comerciales que se distribuyen actualmente en lata y es muy común que las personas opten por ingerirlas directamente, sin traspasar el líquido a un nuevo recipiente.
Esta práctica, que en un principio parece inofensiva, puede resultar antihigiénica y representar algunos riesgos para tu salud.
Aunque es cierto que estas latas, fabricadas con aluminio o acero resistente a la oxidación, están diseñadas para proteger las bebidas de la contaminación y la humedad, su exterior sí puede convertirse en un foco de suciedad y bacterias.
Por esta razón, muchas personas optan por usar una servilleta o pañuelo para limpiar la lata antes de beber de ella. Sin embargo, esto no es suficiente para eliminar los riesgos.
Es importante recordar que antes de llegar a tus manos, esa lata pasó por muchas manos y estuvo almacenada en diferentes lugares, por lo tanto es imposible garantizar que su manipulación haya sido higiénica y óptima.
Las bacterias alojadas en la superficie de estos envases, al entrar en contacto con tu organismo, pueden causar desde infecciones bucales hasta problemas gastrointestinales.
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Precauciones que puedes tomar
1.Lava bien la lata antes de beber de ella: recuerda que una servilleta puede limpiar el polvo o la suciedad, pero no desinfectará el envase de posibles bacterias.
2. Usa una pajilla: si no tienes los medios para limpiar adecuadamente la lata, es preferible que uses una pajilla (o pitillo) para beber el líquido en su interior.
Aunque, teniendo en cuenta que las pajillas son altamente contaminantes, siempre será mejor que sirvas la bebida en un vaso.
3. Revisa el estado de la lata: nunca bebas de una lata con golpes o hendiduras, pues estos pueden provocar que el óxido de la lata entre en contacto con el líquido y lo contamine.
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