María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 29 agosto, 2020
El término “comida rápida” se usa popularmente en referencia a aquellos platos que se preparan en un periodo de tiempo corto y que suelen tener un alto contenido de grasas, sodio, azúcar y por supuesto calorías con escaso valor nutricional.
El término “comida rápida” suele usarse de forma intercambiable con “comida chatarra”, sin embargo no son lo mismo:
- Comida rápida se refiere básicamente al tiempo de preparación corto
- Comida chatarra se refiere a un bajo valor nutricional
Sin embargo, en muchos casos (la mayoría, lamentablemente) la comida rápida que se consigue popularmente en restaurantes es también comida que puede considerarse “chatarra” debido a la baja calidad de sus ingredientes y al exceso de calorías.
Algunos ejemplos de comida rápida son:
- Hamburguesa
- Pizza
- Perro caliente
- Salchipapa
- Tacos o burritos
- Helados
- Empanadas
Pese a las múltiples advertencias sobre sus consecuencias para la salud, este tipo de comida tiene un gran nivel de popularidad y es una opción habitual en personas con estilos de vida ajetreados y con poco tiempo para cocinar en casa.
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Posibles consecuencias del consumo de comida rápida chatarra
Precisamente debido a sus grandes cantidades de sodio, azúcares y grasas dañinas, el consumo habitual de este tipo de comidas puede acarrear serios problemas para la salud, dentro de los que se encuentran:
- Sobrepeso y obesidad
- Hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares
- Diabetes
- Trastornos digestivos
- Conductas adictivas
- Sentimientos de culpabilidad
- Otras dolencias y enfermedades.
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Recomendaciones para el consumo de comida rápida
Si definitivamente no puedes evitar el consumo de comida rápida o decides hacerlo de vez en cuando, te presentamos algunas recomendaciones que pueden ayudar a reducir sus efectos negativos:
1. Elige un lugar confiable: al comer por fuera no puedes controlar la cantidad ni la calidad de los ingredientes que agregan a tus pedidos, por eso es importante que elijas un lugar confiable, cuyas conductas de higiene estén garantizadas.
2. Como entrada, pide vegetales: esto te aportará saciedad (además de muchos nutrientes). Así evitarás caer en excesos con alimentos más dañinos.
3. Evita las papas a la francesa: bastará con que te acerques a la cocina del restaurante para que te des cuenta la gran cantidad de aceite (recalentado) en el que fríen las papás a la francesa, y no es precisamente aceite de oliva.
4. Prefiere las preparaciones asadas, horneadas o cocidas: la grasa no es mala, pero el tipo de grasa que suelen usar en estos lugares no es la más recomendable, así que evita la frituras.
5. Evita agregar salsas a tu pedido: generalmente las salsas comerciales tienen altas cantidades de azúcar, sodio y grasas.
6. Evita los embutidos: los embutidos o carnes procesadas como la salchicha, el chorizo y el jamón suelen contener mucho sodio, aditivos y otras sustancias que pueden resultar perjudiciales.
7. Escoge un pan más saludable: si tienes opción, elige un pan integral o de arroz para tus pedidos.
8. Acompaña con agua: evita las bebidas azucaradas que son tan comunes como acompañantes de este tipo de comidas.
9. Espera al menos tres horas antes de ir a la cama: esto favorecerá tu digestión y la calidad de tu sueño.
10. Disfruta, pero no lo conviertas en un hábito regular: el consumo de comida rápida no debe hacer parte de tu día a día, pero cuando decidas consumirla hazlo con conciencia y disfruta de tu elección.
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Importante
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