María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 5 febrero, 2020
La hernia hiatal es una afección cada vez más frecuente que se presenta cuando la parte superior del estómago se desplaza hacia el tórax y deja de estar el abdomen, como debería ser.
Se estima que de un 20 % a un 25 % de la población mundial padece este problema y que muchos de ellos no poseen un diagnóstico ni un tratamiento.
Cuando es pequeña, la hernia del hiato no suele generar mayores inconvenientes e inclusive puede pasar desapercibida. Sin embargo, si tiene un tamaño considerable puede ocasionar diferentes problemas gastrointestinales y en ciertos casos requiere cirugía.
Señales de alerta

Dentro de los síntomas más comunes que pueden alertarte sobre una hernia hiatal, se encuentran:
- Reflujo
- Acidez estomacal
- Dificultad para pasar los alimentos
- Tos seca
- Mal aliento
- Problemas para respirar
- Molestias estomacales
Sus síntomas son muy similares a los del reflujo gastroesofágico, por eso es importante acudir a un médico para obtener el diagnóstico adecuado.
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Posibles causas
Las causas exactas de la hernia de hiato no están claras en muchos casos, sin embargo algunos factores que pueden propiciar su aparición son:
- Tos violenta o vómitos repetitivos
- Tabaquismo
- Nacer con un hiato más grande de lo normal
- Ciertos tipos de cirugías
- Sobrepeso u obesidad
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Consejos de alimentación

Si te han diagnosticado con hernia hiatal, debes hacer ciertos cambios en tus hábitos alimenticios:
1.Controla tu peso corporal. Esto ayudará a aligerar la presión sobre el abdomen.
2. Evita comer o tomar alimentos antes de acostarse, la última comida de preferencia debe realizarse de dos a tres horas antes de dormir, para que el proceso de digestión se haya completado.
3. No consumas alimentos con temperaturas muy frías o muy calientes.
4. Reduce o evita la ingesta de alimentos acidificantes como la comida chatarra, café, sodas, dulces, rebozados y azúcares.
5. Prepara los alimentos con métodos saludables de cocción como el horneado, el vapor o hervido.
6. Reduce la ingesta de alimentos que dificultan la digestión o que son lentos de digerir sobre todo en las horas previas a descansar, como las legumbres y las carnes.
7. Reduce los alimentos muy salados o picantes.
8. Si vas a consumir infusiones después de las comidas, procura no endulzarlas o utilizar un sustituto natural como el steviol.
9. Muchos pacientes deben dejar el consumo de lácteos porque aumentan la secreción de ácidos. Antes de descartarlos, puedes probar con algunas opciones desgrasadas o livianas, u optar por sustitutos como la leche de arroz, almendras, coco o avena.
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