María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 5 febrero, 2020
En la actualidad es muy común que las personas condenen las grasas como algo malo y perjudicial para la salud, sin embargo existen ciertos tipos de grasa que no solo son saludables, sino que resultan esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
Los lípidos o grasas hacen parte de los macronutrientes, es decir aquellos alimentos que suministran la mayor parte de la energía que el cuerpo necesita para cumplir con sus funciones vitales. Además promueven el crecimiento y regulan los procesos metabólicos.
Sin embargo, existen grasas perjudiciales cuyo consumo debes reducir al máximo.
A continuación te contamos cuáles son las grasas saludables y cuáles las dañinas, para que tomes decisiones más conscientes sobre tu alimentación.
Grasas perjudiciales
Trans
Estas son las grasas menos recomendadas y son el resultante de un proceso llamado hidrogenación en el que los aceites líquidos se convierten en sólido.
Está demostrado que el consumo de este tipo de grasa aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Algunos alimentos con grasas trans son: margarina, papas fritas, pastelería industrial, galletas y la llamada comida rápida o chatarra.
Descubre también: ¿Qué son las grasas trans y cómo afectan tu salud?
Grasas de consumo moderado
Saturadas
Este tipo de grasa se encuentra principalmente en alimentos de origen animal como son: carnes rojas, carnes blancas, productos lácteos enteros y mantequilla.
También se puede hallar en algunos tipos de aceite como el de coco, el cual también es una excelente fuente de ácido láurico y su consumo tiene muchos beneficios.
Grasas que debes privilegiar
Monoinsaturadas:
Tipo de grasa que se encuentra en diferentes alimentos y aceites, y que contribuye a regular los niveles de colesterol en la sangre. También ayuda a controlar el azúcar en la sangre.
Está presente en alimentos como:
- Aceite de oliva
- Aguacate
- Almendras
- Nueces
Poliinsaturadas:
Al igual que las monoinsaturadas, este tipo de grasa contribuye a mejorar los niveles de colesterol y a disminuir el riesgo de diabetes.
Sin embargo, en las dietas actuales suele haber un marcado desbalance entre las dos principales grasas poliinsaturadas (carencia de omega 3 y exceso de omega 6), lo que ha demostrado promover la inflamación.
Este tipo de grasas está presente en alimentos como:
Omega 3
- Salmón
- Atún blanco
- La caballa
- Las sardinas
- La trucha
- Semillas de linaza
- Semillas de chía
Omega 6
- Aceite de cártamo
- Aceite de soya
- Aceite maíz
- Aceites de semillas en general
- Semillas y frutos secos
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