María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 20 junio, 2020
El estrés es una respuesta natural de superviviencia y adaptación que se produce en tu cuerpo ante una situación que puede considerarse amenzante, tensionante o peligrosa.
Sin embargo, cuando el estrés se vuelve repetitivo y frecuente puede derivar en una condición conocida como “estrés crónico”, la cual tiene importantes efectos negativos sobre tu salud física y mental.
Lo cierto es que en la actualidad estamos ante una epidemia de estrés crónico que afecta cada vez a más personas y con mayor intensidad y frecuencia.
Desde hace ya varios años, diferentes investigaciones han relacionado el estrés crónico con diferentes condiciones y enfermedades como:
- Exceso de azúcar en sangre
- Acumulación de grasa abdominal
- Sobrepeso
- Resistencia a la insulina
- Diabetes
- Aumento de la presión arterial
- Insomnio
- Depresión
- Fatiga
- Ansiedad
- Problemas de memoria
- Desbalances hormonales
Y muchas otras condiciones que pueden acarrear no solo un desgaste físico y emocional, sino también serios problemas de salud.
Descubre también: Respiración 4-7-8: una poderosa técnica contra la ansiedad
¿Cómo afecta el estrés a tu cuerpo?

Cuando te encuentras ante una amenaza, bien sea real o imaginaria, tu cerebro activa una señal de alarma en tu cuerpo que hace que tus glándulas suprarrenales empiecen a liberar hormonas como el cortisol y la adrenalina.
Estas hormonas actúan sobre diferentes reacciones biológicas en tu cuerpo:
La adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, eleva la presión arterial, dilata las pupilas y aumenta la capacidad de tus pulmones para retener aire, entre otros efectos.
El cortisol, por su parte, aumenta los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo, altera las respuestas del sistema inmunitario y disminuye las funciones no esenciales en una situación de huida como las relacionadas con el sistema reproductor y digestivo.
Todas estas reacciones suelen volver a la normalidad cuando la situación de estrés ha pasado, sin embargo cuando los factores que inducen el estrés están siempre presentes o son constantes, estas reacciones pueden mantenerse encendidas por más tiempo de lo deseable y ocasionar todos los problemas de salud que mencionamos anteriormente.
Un problema ignorado

Lo más preocupante sobre el estrés crónico es que es a menudo ignorado y pasado por alto.
Estamos tan acostumbrados a vivir en una sociedad “afanada” y “ocupada” que el estrés se ha vuelto algo normal y por ello es muy raro que una persona con estrés crónico decida realizar cambios en su estilo de vida o acudir a un médico para actuar sobre la causa de su condición.
Y es que si bien las situaciones estresantes son parte de la vida de todos, sí existen algunas medidas que puedes poner en práctica para cambiar la forma en que estas situaciones te afectan:
- Lleva una dieta balanceada en la que se privilegien los vegetales, las frutas, las grasas saludables, la proteína de buena calidad y los cereales integrales.
- Realiza actividad física a diario. Al menos 30 minutos de caminata al aire libre.
- Duerme lo suficiente: entre 6 y 8 horas al día.
- Practica técnicas de relajación o respiración consciente
- Aprende a decir “no” y establece límites en tus compromisos
Descubre también: Tips para mejorar tus hábitos alimenticios en la oficina