María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 15 marzo, 2020
Los problemas relacionados con la digestión son cada vez más comunes en la actualidad, tanto así que han sido encasillados como “normales” y muchas personas han aprendido a vivir con ellos sin darles mayor importancia.
Sin embargo, tener una mala digestión puede causar, además de serias molestias físicas, algunas repercusiones emocionales que afectan tu calidad de vida.
Lo primero que debes tener en cuenta es que los problemas digestivos no son normales. Todo mal tiene un antecedente o factor desencadenante que propicia su aparición.
Asimismo, es importante comprender que cualquier molestia ignorada puede convertirse en una enfermedad más avanzada y grave.
Algunas de las señales más comunes que pueden indicarte que estás teniendo problemas con los procesos digestivos son:
- Distensión abdominal.
- Gases y flatulencias. Ver más
- Diarrea. Ver más
- Estreñimiento. Ver más
- Dolor estomacal.
- Náuseas y vómitos.
- Hinchazón.
- Acidez y reflujo. Ver más
Ahora, te mostraremos cuáles son las causas más comunes que pueden propiciar estos síntomas.
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Causas de la mala digestión
1.Comer muy rápido: ingerir los alimentos sin masticarlos adecuadamente impide que tu boca secrete la cantidad de saliva necesaria para que las enzimas se mezclen con la comida y se tenga una digestión más adecuada.
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2. Comidas pesadas a altas horas de la noche: en la noche tu metabolismo ha bajado naturalmente su ritmo de funcionamiento y esto hará que la digestión sea más lenta.
3. Acostarse justo después de comer: la recomendación en este sentido es que comas al menos 3 horas antes de ir a la cama (y esto aplica también para el caso de las siestas).
4. Beber abundante líquido junto con las comidas: al consumir mucha agua u otro líquido se deja de salivar lo suficiente y se pasan los alimentos sin haberlos masticado lo suficiente.
5. Ingerir alcohol con las comidas: el alcohol es un tóxico y al ingerirlo tu organismo enfocará sus esfuerzos en expulsarlo, lo que puede afectar directamente el proceso de digestión.
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6. Comer alimentos que propician gases: existen ciertos alimentos que pueden provocar un exceso de flatulencias e incluso inflamación. Entre ellos se encuentran: lácteos, bebidas carbonatadas, legumbres e incluso algunas verduras. Debes estar atent@ a las señales de tu cuerpo.
7. Aspectos emocionales: se ha comprobado que algunas reacciones emocionales influyen directamente en el funcionamiento del aparato digestivo. La ansiedad, el enojo, la ira y el estrés son algunas de ellas.
8. Sensibilidades alimentarias: hay alimentos que puede que tu organismo no tolere bien y por esto es importante explorar tus intolerancias o sensibilidades. Algunos alimentos que suelen ser desencadenantes comunes de sensibilidades son: gluten, lácteos, huevos, soya, maní, mariscos…
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