María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 7 julio, 2020
En la actualidad la mayoría de las personas están acostumbradas a vivir de una manera acelerada y la vida se les pasa fácilmente entre ocupaciones, preocupaciones o distracciones.
Todo esto hace que sea cada vez más difícil establecer tiempos adecuados para diferentes labores que deberían realizarse con calma y atención como pasar tiempo en familia, leer un libro, meditar o inclusive comer.
Y es que en lo que tiene ver con la alimentación, muchos comen en “piloto automático” por estrés, ansiedad o costumbre, muchas veces sin prestar apenas atención al acto de ingerir cada bocado.
Es así como nace la tendencia de la alimentación consciente, mindfoodness o mindful eating, que básicamente consiste en comer de forma consciente, enfocando toda la atención a este acto y escuchando las señales del cuerpo.
Aunque no se trata de una dieta ni una técnica para adelgazar, el mindfoodness sí puede ayudarte a relacionarte de una forma más sana con los alimentos, logrando un mejor balance y una óptima nutrición.
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¿De dónde surgió esta tendencia?
Mindfoodness es un término que se deriva de mindfulness, una práctica basada en la meditación vipassana que consiste en prestar atención a cada instante, logrando una conciencia plena que redundará en un equilibrio físico y emocional.
El “mindfoodness” es una variación de esta práctica que trata de ayudarte a mejorar la forma en que comes y en cómo percibes la alimentación.
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¿Cómo practicar el mindful eating?

Lo primero que debes hacer es destinar el tiempo necesario y justo para comer sin prisas ni afanes. Que en ese momento dejes a un lado las preocupaciones, tanto de pasado como de futuro, y dediques tu atención al acto de mismo de ingerir los alimentos.
Todos tus sentidos deben estar enfocados en la alimentación y por ello es importante que mantengas bien lejos el celular, el televisor e inclusive las conversaciones que puedan distraerte.
Empieza por ser consciente de cada alimento que pones en tu plato, trata de identificar cuáles son los adecuados y cómo pueden beneficiarte. Para esto debes tener en cuenta tus necesidades físicas reales.
Presta cuidado a las porciones para el autocontrol y el autoconocimiento de tus requerimientos nutricionales, basados en la contextura física, edad, condición de salud o nivel de actividad física. Recuerda que cada persona es diferente y así mismo debe ser la alimentación
Come despacio y mastica varías veces cada bocado. Esto te ayudará a disfrutar el sabor, la textura y el olor de los alimentos, y además hará que la digestión sea mucho más óptima.
Practicar la atención plena al momento de comer también te ayudará identificar oportunamente el momento en que estás satisfech@ y por ende evitará que comas más de la cuenta.
Con el paso de los días, podrás inclusive ser consciente de la sensación real de hambre y diferenciarla de la ansiedad, los antojos o el hambre emocional.
Muchas culturas que practican este método (o costumbres similares) tienen registros bajos de obesidad.
Un dato más
Para iniciar este proceso de alimentación lo ideal es que aprendas a conocer los elementos nutricionales que tienes a disposición en cada alimento para que puedas incluirlos en tu dieta de una forma más consciente.
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